1. Descubrimiento en la obra
Un equipo de construcción de una ciudad tranquila descubrió algo peculiar mientras excavaba para construir un nuevo centro comercial: una gran forma metálica oxidada incrustada en el suelo. Las primeras conjeturas apuntaban a una fosa séptica o a un antiguo búnker. Pero al remover la tierra a su alrededor, empezó a aparecer una curva metálica familiar. Era un coche, con la superficie embotada por las capas de barro y óxido, pero inconfundible en su grandeza olvidada. La curiosidad surgió entre los curiosos.
2. Especulaciones entre los trabajadores
El personal de la obra, al que ahora se habían unido los vecinos, bullía con teorías sobre el coche. ¿Habría sido abandonado por una tormenta o enterrado deliberadamente? Los residentes de más edad, apoyándose en recuerdos de tiempos más sencillos, especulaban con la posibilidad de que lo hubieran escondido durante una mudanza apresurada de una familia o para protegerlo de los vándalos. Los más jóvenes suponían que podía contener secretos de una época pasada. Fuera cual fuera la historia, la expectación creció y el pueblo se movilizó para ver qué había bajo tierra.